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sábado, 26 de enero de 2019





  EL CONSUMO DE CARNE  MASIVO .

Es un tema fundamental al que no se le da importancia que merece.

La producción de alimentos ha vivido diversas revoluciones a lo largo de la historia de la humanidad. Ninguna tan relevante como la industrial: a mediados del siglo XIX. Con anterioridad a esta fecha el consumo de alimentos estaba reservado a una élite con poder adquisitivo , tras esta revolución , la mayor parte de la población pudo tener acceso a ella. Pasó de ser minoritario y a pequeña escala, enfrentado a retos menos acuciantes, a de amplio rango distributivo y masivo. 

evolución mundial del consumo de carne
En los países asiáticos en desarrollo, donde ha tenido lugar la mayor parte del aumento de la población mundial, el consumo de carne ha crecido a más del 4 % anual en las últimas décadas.

En todo el planeta se produjeron 293 millones de Tm de carne en 2010.

Producción de carne per cápita (1992-2010)



Este gráfico detalla la Producción de carne en aumento en los países en desarrollo, mientras que los desarrollados se acercan a la saturación.

 En conclusión, los avances científicos, el aumento productivo y la transformación radical del modelo económico tradicional provocaron, entre otras consecuencias de alcance, un crecimiento excepcional de la población . La raza humana se multiplicó, ahora bien :

¿Cómo alimentar a tantas nuevas bocas?

En esencia, la cría de animales y el cultivo de cereales y otras plantaciones se industrializaron, aplicando el modelo de producción de las incipientes factorías a las granjas y explotaciones ganaderas. Como es lógico, esto afectó de forma gravísima al modo en que los humanos tratamos a los animales.

Más de siglo y medio después, la industrialización de la producción alimentaria se ha perfeccionado, y se manifiesta de forma normalizada y sistemática en las granjas industriales

¿Qué son las granjas industriales?

Son las explotaciones dedicadas al mantenimiento y aprovechamiento de productos alimenticios animales, como la carne, los huevos o la leche. 

El gran debate que se plantea sobre los derechos de los animales y nuestra relación con ellos; se concreta en la pregunta:

 ¿Es ético concentrar a miles de animales en un sólo lugar, sin tener en cuenta sus necesidades fisiológicas y de comodidad? ¿Se pueden adaptar las crecientes demandas alimenticias (y económicas) de la sociedad a un modelo de producción sostenible, que no dependa de las granjas industriales? La respuesta, como siempre, varía en función de a quién se dirija la pregunta.

 Pincha aquí , donde os dejo un vídeo ilustrativo sobre el tema, es impactante, sin embargo refleja la cruda realidad .


Animales domésticos: ¿los más miserables?


la cuestión de las granjas industriales es a partir del bienestar de los animales. Estos se concentran a miles de ejemplares reunidos en espacios cerrados dispuestos, únicamente, para la producción de huevos o para ser alimentados y, posteriormente, llevados al matadero.En consecuencia, los animales sufren y son los grandes perdedores del dominio del ser humano sobre todas las especies. No sólo ahora, con el proceso fabril de producción de alimentos, sino históricamente, en un crimen sin parangón a lo largo de nuestra existencia.



El ser humano moldea el entorno natural conforme a sus necesidades: los animales domésticos superan con mucho a los salvajes
¿Hasta qué punto ha sido exitoso el proceso de domesticación del ser humano? 

 Existen tan sólo 40.000 leones repartidos por el mundo (hay cifras menos optimistas: aquí hablan de 25.000), se cuentan más de 1.000 millones de cerdos. Sólo en Australia hay 70 millones de ovejas, mientras que la población de elefantes africanos apenas supera los 500.000. Para las gallinas, las cifras son menos claras: la población mundial supera, eso sí, los 20.000 millones de ejemplares. Nos triplican  en número.

No todos viven en granjas industriales, pero si una parte sustancial: en 2007, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura  (FAO) calculaba que el 67% de la carne de pollo mundial dependía de ellas, por un 42% de la de cerdo y un 7% de la de vacuno. Cuando comes unas alitas de pollo, lo más probable es que hayan salido de una granja industrial.

¿Son las granjas industriales una solución ?

Estas explotaciones surgen en respuesta a la creciente demanda alimenticia de una población .En Estados Unidos, la situación comienza a regularizarse a mediados del siglo pasado. Se valen de menos terreno para alimentar a más animales: el margen de beneficio crece.
Eso permite vender su producto más barato.Se refleja en este artículo de Chicago Tribune  en el que se muestra un mercado de más de 300 millones de habitantes.  De media, cada ciudadano del país invierte alrededor del  9,5% de su presupuesto anual en comida.  El porcentaje para productos cárnicos se redujo en 2008 al 1,6%, una cifra muy por debajo del 4,1% invertido por cada estadounidense en idénticos alimentos cuarenta años atrás. El crecimiento e internacionalización de las CAFO lo ha permitido.


El consumo de carne mundial no ha hecho más que crecer desde mediados del siglo XX. No sólo comemos más barato, sino que comemos mucho más, lo cual multiplica el abaratamiento de los productos consumidos hoy en día. 

En 2013, Der Spiegel explica  cómo sólo en Alemania  la ingesta de carne de cerdo se había triplicado desde 1950. En suma, un alemán puede consumir alrededor de 60 kilos de carne al año, sumando cerdos, pollos, terneras y pavos. No se trata de un hecho aislado o excepcional: el mundo consumía 24 kilos de carne al año en 1964. Para 2030,la FAO calcula que la cifra habrá ascendido hasta los 45 kilos .Sucede algo parecido con los productos lácteos, aunque en menor medida.

Nuestro consumo de carne se multiplica año a año, y para ello necesitamos más animales. Pero la tierra y los pastos de los que se pueden alimentar son finitos: de ahí que surjan las granjas industriales
 Hay más animales, pero los pastos y el espacio para alimentarlos son limitados.

   

Las granjas industriales son pura economía de escala. Adiós al mundo tradicional, hace décadas: nuestros hábitos alimenticios han revolucionado la agricultura, y sus consecuencias son de gran transcendencia .




Más allá del debate moral: el riesgo económico

Hay quienes  pasan por encima de las implicaciones éticas y morales de las granjas industriales y se centras en los datos numéricos. Es decir, a las razones económicas por las cuales el modelo de producción industrial de alimentos es simplemente poco rentable o contraproducente.  El principal motivo argumentado  es el medioambiental: una granja factoría contamina mucho más que el transporte.
Otros atacan a las granjas industriales por la vía de los datos: el 14% de los gases de efecto invernadero los produce dicha industria
 el 14% de las emisiones de gases de efecto invernadero globales pertenecen a la industria de las granjas-factoría, una cifra que superaría a la de la industria del automóvil  (vía combustibles fósiles). los informes exponen otros riesgos: por un lado, las granjas industriales consumen más cantidad de antibióticos que ningún otro sector, contribuyendo a la progresiva y alarmante inmunización  a la que nos estamos sometiendo;  por otro, su alto consumo de recursos aumenta  la carencia de tierra cultivable y reservas o fuentes de agua dulce. 

También  cuestiones como el hacinamiento y las condiciones en las que conviven los animales, como las gallinas o los cerdos, son causas directas de la propagación de virus como el N1H1, cuya rápida extensión en 2009  provocó que la Organización Mundial de la Salud declarara el estado de pandemia mundial. 

 Otras enfermedades se atribuyen directamente a las explotaciones ganaderas industriales: desde la transmisión a de la bacteria E. coli hasta la salmonela o el síndrome de las vacas locas .





Los informes detallan  numerosos riesgos de inversión  gran parte de los gobiernos del mundo tienen intereses en legislar en favor de industrias menos contaminantes y menos lesivas con su entorno, lo que podría derivar en sanciones, tasas o impuestos. Pese a todo, sigue funcionando, y formando parte de la cadena alimenticia humana a lo largo de todo el mundo. ¿Por qué? Quizá la respuesta se encuentre en sus propios resultados.

La carne alimenta a unos pocos a expensas de muchos.

Con el propósito de producir carne, los cereales que podrían alimentar a la gente se utilizan para alimentar el ganado.
De acuerdo a la información compilada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, más del 90% de los cereales producidos en ese país se utilizan para alimentar el ganado -vacas, cerdos, corderos y gallinas-, que terminan servidos en la mesa. En Gran Bretaña el cálculo es del 85%.
El hecho de utilizar los cereales para producir carne es una gran pérdida de dinero. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos informó que obtenemos sólo una libra de carne por cada 16 libras de cereales utilizadas para producirla.

7,257 Kgs de cereales son utilizados solo para 1 kg de carne


Las naciones ricas no solamente gastan sus propios cereales para alimentar el ganado, sino que también utilizan vegetales ricos en proteínas de las naciones pobres.

Otro precio que pagamos por el consumo de carne es la contaminación del medio ambiente.

Los desagües altamente contaminados de los mataderos son una de las principales fuentes de contaminación de los ríos.Las fuentes de agua fresca de este planeta no sólo se están contaminando, sino que también se están agotando, y la industria de la carne particularmente es una de las principales causas. La producción de ganado para consumo crea diez veces más contaminación que las áreas residenciales, y tres veces más que las industriales.



 ¿Podemos volver a un tiempo donde producir carne sea sostenible?

Estas son las  razones por las que reducir el consumo de carne:


 Por el bien de nuestra salud

 El consumo excesivo de carne en combinación con otros factores, como por ejemplo la falta de ejercicio físico, contribuye a generar sobrepeso, obesidad y enfermedades cardiovasculares. Pero, carne proveniente de granjas industriales ingieren también residuos de antibióticos e incluso hormonas de estrés de los animales. España, según los últimos datos disponibles, es el segundo país de la UE que más consume antibióticos para la ganadería industrial. ¡Casi 2.000 toneladas en 2011!

 Para frenar el cambio climático

La ganadería es responsable del 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Junto con el sector de la energía y del transporte es una de las principales contribuyentes del cambio climático.  Además, el ganado emite metano, otro peligroso gas de efecto invernadero.

La necesidad de reducir el consumo de carne para frenar el cambio climático es una de las conclusiones de uno de los informes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente Para conservar la tierra para alimentar al mundo

Cerca del 75% de la superficie agraria mundial se destina a la alimentación y crianza de animales. ¡Solo ¼  se destina a producir alimentos para consumo directo humano! Un tercio de la producción mundial de cereales y el 80% de la soja, en su mayoría transgénica, termina convertida en piensos para animales y no en nuestros platos. ¡Para producir un kg de carne de vacuno son necesarios entre siete y diez kg de piensos y hasta 15.000 litros de agua!

Para que los países enriquecidos puedan disponer de carne barata, hábitats de gran valor ecológico, como los bosques tropicales son devastados. Por ejemplo, se estima que la ganadería industrial es responsable del 80% de la deforestación de la Amazonia y ha convertido Argentina en un “desierto verde” donde impera la producción de soja… transgénica.

 Para proteger la biodiversidad

La agricultura industrial destruye masivamente la biodiversidad, incluso la alimentaria. En el mundo existen más de 30.000 especies vegetales comestibles y cada vez centramos más la nuestra y la de los animales en cuatro: trigo, soja, maíz y arroz. Lo mismo hace la ganadería industrial. Según la FAO, ⅕ de las razas de ganado a nivel mundial está en peligro de extinción.

Los monocultivos para la producción de piensos son altamente demandantes de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, una amenaza directa para muchas especies.
Al contrario, la agricultura ecológica trabaja con la naturaleza y no en su contra y potenciar la biodiversidad es una de sus máximas para recuperar y preservar el equilibrio ecológico. El bienestar animal y la recuperación de razas autóctonas es también una máxima de la ganadería ecológica.

Para proteger los suelos y el agua

La agricultura ganaderías industriales están basadas en el beneficio económico, no en proteger el medio ambiente ni nuestra salud. El uso masivo de fertilizantes sintéticos nitrogenados en la agricultura provoca la contaminación de los acuíferos, ríos y océanos. La ganadería industrial genera ingentes cantidades de purines, lo que dificulta su adecuada gestión y provoca la contaminación del suelo y del agua.

 ¿hay alternativa al consumo masivo de carne ?


Nuestra cultura erróneamente  nos ha convencido que comer carne y  los demás productos  de origen animal es necesario para llevar una buena alimentación, tanto así que muchas personas  creen que si no hay un pedazo de carne muerta en su plato no se están alimentando. No es fácil romper estos paradigmas  y desligarnos de estas costumbres, pero basta con  intentar una dieta  Vegetariana para darse cuenta de que la carne y sus derivados no son necesarios para nuestra alimentación.

Una sola libra de carne en Colombia cuesta entre $5.000 y $6.000 la cual generalmente no es suficiente para una familia promedio. Esta libra de carne no  aporta ninguna  fibra ni carbohidratos y si aporta grandes cantidades de grasa saturada y colesterol. Con este  mismo dinero es posible  obtener todos los nutrientes  necesarios para una dieta completa si fuera utilizada para comprar granos, cereales y verdura


Consumir carne perjudica seriamente la salud del planeta y contribuye  significativamente al hambre en el mundo. Es una realidad que muy pocos conocen.
Aparentemente  los animales nos están alimentando pero una mirada menos superficial nos mostrará que estamos alimentando a los animales en vez de alimentarnos a nosotros mismos.
Toneladas de proteínas que podrían ser consumidas directamente  por el hombre son desperdiciadas cada día para alimenta a los animales. En los países  pobres, por ejemplo, gran parte  de las cosechas no se destinan a alimentar a la población local, sino que exportan para alimentar al ganado.
El consumo de carne implica cultivar muchísimas hectáreas. Ello es debido a que los animales consumen una cantidad de proteína y calorías en su crecimiento muchísimo mayor de la que luego se obtiene de ellos.
El costo de un kilo de proteína de carne es 20 veces más alto que el de un kilo de proteína vegetal.
 Según cifras de la FAO (Organización de las naciones Unidas para la Alimentación) para alimentar el ganado se utiliza el 95% de la producción mundial de soya y el 44% de la de cereales, es decir, los animales consumen 600 millones de toneladas  de cereales anualmente, mientras entre 40 y 60 millones de personas  mueren de hambre cada año.
En  Estados Unidos,  por ejemplo,  más del 80% del maíz y más del 95% de la avena  que se cultiva son destinados  al alimento de animales.
Solamente el 10% de las proteínas  y calorías  con que se alimenta el ganado se vuelve a recobrar con la carne que comemos, el resto se pierde.
Solo el ganado en el mundo consume una cantidad de comida equivalente a las necesidades calóricas de 8.700 millones de personas, es decir más que la población mundial.
10 hectáreas sembradas de legumbre alimentan a 61 personas al día, mientras que las mismas 10 hectáreas  con ganado alimentan a sólo dos personas al día.
100 mt2 sembrados en soya producen 5kg, de proteína que alimenta a 70  personas  al  día. 100 mt2 con ganado producen 1/2kg de carne que alimenta a tres o cuatro personas al día.
Por cada 16 kilos de cereales  y  legumbres dadas al ganado vacuno, sólo se obtiene 1 kilo de carne.







AGUA:
 Más de la mitad del agua  consumida en el mundo se emplea en la ganadería y regando tierras para obtener  alimentos para el ganado. Mientras que para producir un kilo de carne son necesarios más  de 20.000 litros de agua, para un kilo  de trigo sólo hace  falta 227 litros  y para un kilo de arroz 454 litros.

ENERGÍA:
Para producir un 1 kg de proteína por medio de la cría de animales se gasta 25 veces más recursos energéticos y naturales  que para producir la misma cantidad de proteína vegetal.  La producción de una sola hamburguesa gasta combustibles fósiles equivalentes a los necesarios para conducir un coche pequeño durante 32 km o el agua suficiente para 17 duchas.

DEFORESTACIÓN:

La producción de carne es causa de la masiva deforestación de las selvas tropicales y su posterior conversión en desiertos.  300.000 km2 de selva tropical son destruidos cada año como consecuencia de la necesidad de pastos para ganado. Un vegetariano salva 400.000 m2 de árboles al año.

Son muchos los que ven a los vegetarianos como gente obsesionada por la salud. Sin embargo, ser vegetarianos (o veganos) es una forma más de respeto a la Naturaleza, y también una forma de respeto hacia los demás, especialmente en un mundo donde tanta gente padece HAMBRE, tanta hambre que diariamente muchos mueren por esta causa. En definitiva, ser vegetarianos o veganos es una forma de contribuir a un mundo más limpio y más justo. Tampoco es necesario ser vegetariano estricto. Se trata de conocer las razones del vegetarianismo y luego elegir libremente.
El problema de la producción y consumo de carne es de tal dimensión que está incluido entre las  cinco cosas muy sencillas que están mejorando mucho el mundo.

Una alimentación vegetariana o vegana estricta puede no ser una alimentación completa, especialmente en edades de crecimiento, si se hace sin conocimiento. El buen vegetariano come gran variedad de alimentos, y admite alimentos de origen animal siempre que no haya sido necesario matar al animal, especialmente huevos y lácteos (leche, queso, yogur…). El veganismo no admite ningún alimento de origen animal (y casi siempre tampoco productos animales para otros usos: vestir, decoración…). Por otra parte, no está reñido el ser vegetariano con un consumo de carne o pescado ocasional, porque el vegetarianismo no es una religión ni tiene rígidos preceptos que cumplir (esto es recientemente conocido como flexitarianismo).

Hay muy fuertes argumentos para potenciar una alimentación principalmente vegetariana. En este artículo no pretendemos convencer, sino informar. Es obligación de cada uno informarse bien y elegir libremente. Estas razones son de tipo Ecológico, Animalista, Humanitario y por Salud.

Por salud

En Norteamérica se ingieren 132 kilos de carne anuales por habitante, en Indostán son 2 y en España son 90. La cifra española ya supera en un 30% lo recomendado por la (Organización Mundial de la Salud). La media mundial estaría en unos 30 kilogramos anuales.
 Comer carne en exceso es malo para la salud.Todos los médicos y expertos en alimentación aconsejan una alimentación basada más en fruta, verduras y cereales que en la carne y, entre la carne la mejor es la carne de ave, por su escasa grasa.

 La solución no es hacer una dieta temporal, sino cambiar nuestra dieta y evitar un estilo de vida sedentario. En todo caso, una dieta sana no debe incluir carne roja más de una o dos veces al mes. Y esto también se aplica a dietas infantiles, en las que hay estudios que revelan que la carne de cerdo es mala para el desarrollo global del niño.
Como añadidura, si la carne fuera criada de forma natural sería más sana, pero como los animales comen piensos artificiales, transgènicos, antibióticos y hormonas de engorde, esa carne contiene también restos que, al final, hacen engordar y enfermar al consumidor. Los pescados de piscifactoria sufren también el mismo proceso alimentario.

 Producir carne contaminada en exceso

En palabras de Araújo: “Comemos también en exceso y lo excesivo. Un solo dato: cada kilogramo de carne ha necesitado 1.000 litros de agua para formarse y otros 100 de alimentos vegetales. Un kilogramo de cereal solo precisa 100 litros y unos pocos gramos de abonos”. A eso hay que añadir el mayor consumo de abonos, insecticidas, hidrocarburos… Diamond dice que “por cada hectárea de tierra dedicada al consumo humano, se dedican 20 a la alimentación del ganado”. La deforestación del Amazonas es en gran parte debida a dedicar sus zonas para el cultivo de soja para piensos y el pastoreo del ganado vacuno, que luego se vende como hamburguesas en los restaurantes de comida rápida de multinacionales estadounidenses de sobra conocidas. El problema afecta a muchas más zonas. Por ejemplo, Guatemala exporta carne a EE.UU., mientras el país padece una grave desnutrición infantil y este caso no es uno aislado. “Nuestro apetito de productos animales está borrando del mapa nuestros bosques, ensuciando nuestras aguas, contaminando el aire, devorando nuestros recursos naturales y diezmando nuestras tierras”.

 La carne es un lujo, en un mundo HAMBRIENTO

Los datos exactos poco importan, cuando aproximadamente el 20% de la humanidad accede diariamente a un 40% más de los alimentos NECESARIOS, mientras que un 40% de la humanidad tampoco está muy sano porque ingiere un 10% diario menos de lo imprescindible. Otros casi 500 millones pasan hambre crónica.

 El consumo abusivo de carne conlleva MALTRATAR a los animales
Para que la carne, el pescado o la leche sean productos baratos se maltrata a los animales (hacinamiento como mínimo), se les medica en exceso, se les administra alimento poco natural y se les engorda artificialmente, pero hay más: castración, separación de la madre y sus crías, la ruptura de los rebaños, la marca, palizas, el trauma del transporte… Esto es una práctica común en los países industrializados, porque lo que prima es producir mucho, sin importar la calidad.
En resumen se debe  potenciar el vegetarianismo por nosotros, por la Naturaleza, por los demás y por los animales.
La pregunta  no es si queremos ser vegetarianos estrictos, sino si somos capaces de sentirnos responsables de la influencia global de nuestros actos y de actuar en consecuencia con actos tan simples como REDUCIR NUESTRO CONSUMO DE CARNE Y PESCADO.

mi conclusión final:


Son muchos los que ven a los vegetarianos como gente obsesionada por la salud. Sin embargo, ser vegetarianos (o veganos) es una forma más de respeto a la Naturaleza, y también una forma de respeto hacia los demás, especialmente en un mundo donde tanta gente padece HAMBRE, tanta hambre que diariamente muchos mueren por esta causa. En definitiva, ser vegetarianos o veganos es una forma de contribuir a un mundo más limpio y más justo. Tampoco es necesario ser vegetariano estricto. Se trata de conocer las razones del vegetarianismo y luego elegir libremente.



Aquí dejo mi base de información :  https://www.symbaloo.com/home/mix/13ePQOOfAf

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